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sábado, julio 16, 2005

Industria eléctrica, soberanía y desarrollo*

SALVADOR ZARCO**

En 1880 se constituyó en México la primera empresa generadora de energía eléctrica con fines comerciales. De ese año a 1905, se multiplicaron las pequeñas empresas eléctricas de capital mexicano, que para 1911 sumaban más de cien y que iniciaría un proceso de monopolización y extranjerización de la industria eléctrica, por medio de dos empresas que llegaron a acaparar el 70% de la capacidad de generación: la Mexican Ligth & Power Co. (anglocanadiense) y la Impulsora de Empresas Eléctricas (norteamericana). Para 1930, el dominio de ambas empresas de capital extranjero era absoluto, integrándose de manera vertical, dominando todo el proceso, desde la generación hasta su comercialización. Atendiendo a la ley de la máxima ganancia, estas empresas extranjeras, que ejercían un verdadero monopolio, daban cobertura únicamente a un 50% de la población, concentrándose en las áreas más rentables de las zonas urbanas, y no así en las rurales. Además, el servicio era de mala calidad: constantes apagones, variaciones de voltaje y de frecuencia y, para colmo, altas tarifas. Ello ocasionó que en 1930, en Saltillo, Coahuila, y en 1931, en San Luis Potosí, se constituyeran asociaciones de consumidores, demandando el mejoramiento del servicio y la reducción de las tarifas, organizando suspensiones de pagos y levantando, por primera vez, la exigencia de la nacionalización de la industria eléctrica. La lucha se extendió a otros estados y empezó a dar sus frutos. En 1933, el Gobierno intervino para obligar a las empresas a reducir las tarifas; el dos de agosto de 1937, el Presidente Lázaro Cárdenas creó la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) y en 1938 se expidió la Ley de la Industria Eléctrica, con el fin de regular el sector. Finalmente, en virtud de que las empresas privadas extranjeras se convirtieron en un freno para el desarrollo nacional, el Presidente Adolfo López Mateos, en el año de 1960, envió al Congreso una iniciativa para adicionar el párrafo sexto del artículo 27 constitucional, con el siguiente texto, nacionalizando así todas las empresas eléctricas privadas: Artículo 27… Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.

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